Salta, se estira y devuelve un remate rival. Queda, sostenido sobre una pierna, en inestable equilibrio; con la cara a un palmo de la cinta, librando una batalla contra la gravedad mientras su compañero defiende un match ball en contra. Se recompone, se suma de nuevo a la pugna y, juntos, evitan la debacle.
El instante, épico, hermoso, dramático, es uno de los majestuosos momentos de un duelo intenso, trepidante, sublime. Un enfrentamiento que sirve para resolver el cuadro de 1ª del Torneo de Invierno del club Calderón. Sin duda, una de las mejores finales de padel que se han visto en Málaga en los últimos meses.
En la escena reluce un padel honesto, atrevido, valiente, a cargo de cuatro portentos que rezuman clase, generosidad y entrega. Apenas hay pegada; no lo permiten las bolas. ¡Y eso que gana el espectáculo! Con la pelota siempre en movimiento, mecida con terciopelo y afilada con el cuchillo. Sin pausa. Con las rodillas rozando el verde y la cabeza, sin apenas tiempo para descifrar la siguiente jugada.
A un lado, Fermín Novillo y Ernesto Moreno mezclan dos velocidades diferentes en el mismo lado de la pista. Una combinación prodigiosa que deshace la resistencia de Miguel Doncel y Alberto García en semifinales.
Enfrente, Sergio Beracierto y Gabo Loredo, dos jugadores firmes, sólidos, disciplinados, que superan a José Peñafiel y Alberto Rosell en semis.
Vértigo desde el inicio en la final del club Calderón
La final enfrenta dos estilos bien distintos, tres jugadores forjados en pista grande con raqueta en mano y una perla malagueña nativa del padel.
La primera bola muestra el recorrido del desafío. Apretando desde el saque, unos; desafiantes al resto, los otros. Padel a mil. Vértigo asombroso en los intercambios de un enfrentamiento que apunta el primer sobresalto en el segundo juego. Cae el saque de Fermín. Beracierto, espléndido, emerge en la red para imponer su punzante volea. Al final, mueve con el amago y percute con la pegada. Ernesto no devuelve la última bola que entrega el servicio de su compañero (2-0).
El arreón, sin embargo, encuentra respuesta, de inmediato, al otro lado de la red. El duelo cruzado de Gabo y Fermín adquiere intensidad. El de Wilson se impone en este inicio a la inagotable resistencia del mexicano de Daspadel. Por dos veces, la mano de Novillo pilla los pies del jugador de Alhambra del Golf. En la última de ellas, Gabo no levanta el bote pronto. La rotura al saque de Sergio vuelve estrechar la contienda (2-1).
Apenas tres juegos bastan para radiografiar el apasionante desafío. Ambas parejas tienen un plan. La altura sobre Novillo y Loredo es la puerta de acceso a través de la que buscan ganar la cinta. Y lo hacen con profusión. Cuatro pistoleros en torno a la red; dos parejas de brazo firme que libran un ejercicio vertiginoso que regala un padel palpitante, eléctrico, vivo.
Cada punto encierra su propia historia. El lance entre Gabo y Fermín acapara este arranque de partido. En el cuarto juego, es Loredo el que impone su inconmensurable físico a la maliciosa mano de su oponente. La cinta le ayuda en un terrorífico paralelo. Después, descubre el de Daspadel un hueco en el revés de Novillo. Finalmente, trabaja de forma incansable hasta que su adversario falla una bandeja.
El tercer break consecutivo (3-1) refleja el espectáculo que emerge en la pista del club Calderón. No es debilidad al saque, sino osadía, atrevimiento al resto. Esta vez, sí, Loredo y Beracierto mantienen el saque del primero y abren brecha (4-1).
Son apenas detalles lo que separa a unos y otros. Se impone el bote pronto en cada escalada hacia la red. No hay tregua ni respiro. La determinación es absoluta. Nadie cede un metro en su avance. Incluso, apuran desde el fondo con la volea para no perder ritmo.
Beracierto y Loredo encuentran pista para su padel cartesiano, firme, de tiralínea. El de Steel Custom, espléndido en el revés, encuentra a su lado a una auténtica fuerza de la naturaleza. El ritmo que Gabo le imprime a cada una de sus acciones, la capacidad para desplegarse por la pista, su poderoso juego por bajo, su movilidad endiablada, elevan aún más el trazo del genial jugador de La Capellanía, todo un arquitecto del padel.
Enfrente, Ernesto Moreno y Fermín Novillo combaten la impermeabilidad de sus adversarios. Lo hacen desde un cierto desorden. El despliegue del rubio de Babolat y la propuesta de su compañero no llevan el mismo trazo. Uno descuenta golpes, el otro los suma.
Aprietan, sin embargo, el saque de Beracierto en su intento de recomponer la fractura. Pero con el servicio manda Sergio, mientras Gabo devora kilómetros y levanta el muro en la red. La solidez de ambos resulta ya inalcanzable para sus rivales en esta primera manga. Con su propio saque, Gabo, en blanco, echa el telón al set (6-3). Aprieta el puño, el mexicano, y se gira hacia el cristal de fondo en busca de su pareja, Rocío, que descuenta ya las semanas para el nacimiento de su hija. El cruce de miradas insufla ánimos a este noble gladiador para afrontar ya el segundo set.
Ernesto Moreno y Fermín Novillo se reactivan en el segundo set
La reanudación confirma el vuelo de Gabo y Sergio. Roban la iniciativa al saque de Ernesto y gobiernan con juego sólido. Loredo es un ciclón, Beracierto, un sable. Ambos, además, barren el fondo con el alma para poner en riesgo este saque inicial. Se cruzan, se cambian de lado en el último punto, exigidos por los contrarios. Sostiene el de Daspadel desde el revés con la misma firmeza que desde la derecha, mientras el de Capellanía emerge en la cinta para abrochar el break (1-0).
Es, sin duda, el mejor momento de S&G que vuelan sobre la pista. Pero, enfrente, hay mucho padel, mucho talento, mucha garra. Pide paso Ernesto, que busca más peso para su juego. El malagueño se activa, se mide a Beracierto y le derrota en tres ocasiones. Sergio se atreve con el remate en dos de ellas. Ambas, con el mismo resultado. Moreno gana en la red. En la tercera y última, tras un duelo a quemarropa de los cuatro, el de Babolat saca por cuatro metros la bola. Es un break que no solo nivela el marcador (1-1). También equilibra el juego.
Ernesto ha encontrado pista en el partido. Se multiplica e impone el ritmo. Fermín acelera su juego. Sus rivales lo acusan. Se adelantan en el marcador al mantener el saque de Novillo. (1-2). Enfrente, Gabo, que comete, exigido, uno de sus primeros errores del partido, se desespera consigo mismo. Su autoexigencia le eleva. A su lado, Beracierto, consciente de que han dado alas a Ernesto, recompone el mapa del encuentro.
Sobre la pista, cuatro titanes se afanan por decantar la balanza. Lo consiguen, de nuevo, Gabo y Sergio. ¡Qué inteligente, qué inteligente!, le dice el de Steel Custom a su compañero cuando este abre una ocasión de break al saque de Ernesto con un suave paralelo que se enreda en la pared lateral y atrapa al propio Ernesto. Es Gabo quien se encarga de definir en la cinta y certificar la rotura (3-2).
El golpe, sin embargo, no arrincona a sus oponentes. Persiste el rubio de Babolat que no quiere ceder las riendas del encuentro. Se agitan los cuatro en este tramo decisivo.
Beracierto y Gabo buscan echar el cierre. Ernesto y Fermín, en cambio, luchan por ampliar el recorrido de esta final. No consiguen el break, aunque mantienen el saque (5-4). La ocasión de finiquitar el enfrentamiento surge en el décimo, con servicio de Gabo. El 40-15 abre dos bolas de partido. Se resuelven ambas con dos intercambios que suponen un canto al padel. Con los cuatro arrebatándose el mando, desafiándose en la cinta, sufriendo en las esquinas.
Ernesto y Fermín, descomunales, emergen del abismo para darle la vuelta a la situación, recuperar cuatro match-ball en contra y lograr un break que les sabe a triunfo (5-5). Los dos últimos puntos son dos errores, uno de Gabo con la volea que se marcha al cristal, y el otro de Beracierto, que aprieta demasiado una víbora que se le va fuera. Síntomas ambos de la inquebrantable resistencia de Moreno y Novillo.
Con las tablas en el marcador, el duelo se convierte en una ruleta rusa. Dan un paso al frente los cuatro. Ninguno se arredra. La gloria para unos; la vida para otros.
Fermín sirve. Beracierto y Gabo aprietan mucho. Ernesto vuela sobre el verde. La moneda sale de cara para la dupla hispano-mexicana que enfrían a la perla de Babolat y exigen al de Wilson. Novillo falla la volea tras una firme salida de pared de Sergio. El error supone un break (6-5). En realidad, mucho más que eso. Es la estocada final.
Sergio, con su saque, cierra el set en blanco (7-5). Rubrica el partido con una dejada sublime que acaba con Fermín por el suelo cuando trata de recuperar la bola. Es el último esfuerzo de un jugador formidable, de una pareja que regala magia incluso en la derrota.
Beracierto y Gabo, vencedores hoy, logran coronar así su padel seguro, firme, entregado en el Torneo de Invierno del Club Calderón.